Ya os anuncié hace días aquí, que iba a ser una de las decoradoras participantes de Molavide, la fiesta del comercio y la decoración del barrio madrileño de Chamberí organizada por Guille García Hoz. 

La verdad es que ha sido una experiencia bastante divertida, ya no sólo por el día de ayer, si no por el proceso de trabajo. Y es que mi diseño me lo he hecho yo a mano enterito (subiré a mi página de facebook algunas fotos del making of). Y además, siempre es agradable participar en iniciativas diferentes, apoyar las buenas ideas y disfrutar de tu trabajo con alegría.

Como sé que hay gente que no pudo pasarse, aquí os dejo algunas fotos que hizo mi novio a lo largo del día. La verdad es que yo no pude ver todos los locales porque estuve muy pendiente del mío, que al ser casi todo de papel era un pelín delicado, pero lo poco que vi me pareció muy interesante y sobre todo, es muy bueno ver las ideas que han tenido otros decoradores y cómo lo han plasmado. 

En fin, a mi me tocó decorar la fachada del restaurante sueco "Collage". Con ese nombre y esa fachada tan blanquita, se me ocurrió la idea de hacer un collage real y utilizar la fachada como el lienzo en blanco. Además, como es un restaurante sueco, quería dejar de lado la idea de frío e invierno que tenemos de Suecia y quise hacer una explosión de color, alegría y verano en todo el conjunto. También, como todo me lo he hecho yo, es más fácil para mi encontrar en mis cajones y recuerdos, cosas veraniegas con las que decorar mi collage, así que todo era perfecto. 

Para transmitir la idea de festival o feria estival, decidí pedir a Maison Pom Poms que me hicieran dos guirnaldas con sus preciosos pompones, en tonos azules y crema (un poco como la bandera sueca pero más pastel). El resto de cosas las hice con cartones, papeles, vinilos recortados, fotos, pegatinas, cinta flúor, flores, bolsas de papel, mis dos preciosos flamencos de plástico y dos impresionantes palmeras que enmarcaban la ventana de la derecha.

Rediseñé el cartel con el logo del restaurante con letras recortadas y decoradas y lo mismo con el menú de noche, que por cierto, recomiendo encarecidamente, calidad y buen precio, de la mano de auténticos suecos afincados en Madrid desde 1998. Se han portado genial conmigo y han apoyado desde el primer momento el proyecto, dejándome total libertad para todo, desde aquí les lanzo mi gratitud.

Estoy muy contenta y satisfecha de haber participado en Molavide y espero repetir en próximas ediciones. Os dejo con el resto de fotos. Espero que os gusten. Y que el próximo año vengáis.