Hace unos meses, descubrí gracias a instagram a una artista que me tiene encandilada, tenía muchas ganas de sacar un ratito y dedicarle un post. Se trata de Esther Stewart, una artista australiana que podría recordar a los pintores minimalistas de los 70 pero con una utilización del color más moderna. 

La gente que me conoce sabe cuánto amo el color, para mi el color y cómo se combine es lo más importante desde el punto de vista estético, como algo no me cuadre en cuanto al color, mi cerebro lo rechaza. Evidentemente este es un criterio muy personal, pero es que el color es tan sensitivo que hay que darle muchísima importancia si te dedicas al diseño o a la decoración.

Cuando descubrí a Esther, me puse muy contenta, últimamente no estoy muy al día de los nuevos artistas gráficos ni ilustradores, hace años me tenía obsesionada descubrir nuevos talentos, ahora desgraciadamente tengo menos tiempo para investigar, así que cuando descubro algo bonito, me emociono mucho.

Las obras de Esther Stewart son sencillas pero no por eso son peores, parece muy sencillo dibujar formas geométricas y darle color, pero conseguir armonía entre ambas partes es bastante difícil, yo lo sé por experiencia porque en muchos diseños intento jugar con estas cosas y a veces no sabes muy bien cómo hacerlo.

En una entrevista que he encontrado le preguntan si está moviéndose hacia un trabajo más complejo o al contrario y ella responde que se está planteando si al final los colores son más importantes que las formas. Me encanta este pensamiento porque cuando estudié la asignatura de Historia del Arte en la escuela de diseño, al llegar a pintores como Rothko yo sentía mucho más que con otro tipo de pintura más compleja, y es que color te invade y activa algo en tu cerebro sin que te des cuenta.

Pero bueno, como hoy lo importante es ver el trabajo de Esther, os dejo con algunas fotos extraídas de su web y de la entrevista que os he comentado antes, donde hicieron fotos en su taller de Melbourne.